viernes, 28 de junio de 2013

TRES PIEDRAS DE TROPIEZO EN LA BIBLIA

Antes de comenzar a leer este texto, te recomendamos plenamente ORAR al Señor y pedirle entendimiento y discernimiento sobre este tema. Muchas personas no comprenden la palabra del Señor sanamente y por eso muy frecuentemente se tiende a malinterpretar en el mundo cristiano y secular.

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"Antes de abordar el tema de las Tres Piedras de Tropiezo que Dios ha puesto en la Biblia, debemos entender las razones que Dios tiene para ponerlas. Hay un pecado sumamente ofensivo contra Dios, el cual es un insulto a su Palabra y a su Dignidad. Se trata del pecado de Incredulidad. Tan es así, que podríamos llamarlo la Madre de los pecados, porque la incredulidad engendra muchos otros pecados. Éste es precisamente el pecado que condena al hombre; porque la Incredulidad es el único pecado que evita que una persona sea salva. Para confirmar esta premisa veamos Juan 3:18, y notemos la repetición del verbo creer. "El que en Él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios." Este mismo capítulo finaliza con el versículo 36 donde dice: "El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Cuando el hombre deja de ser incrédulo y recibe a Cristo, todos los demás pecados le son perdonados. Así es que vemos que el único pecado que condena al hombre es la incredulidad. Por lo tanto podemos concluir que este pecado no solamente es sumamente ofensivo a Dios, sino que resulta ser el más perjudicial para el hombre.


1ra PIEDRA de TROPIEZO PARA INCREDULOS EN ISRAEL

La primera Piedra de Tropiezo que Dios ha puesto a los incrédulos en Israel es Cristo. "Como está escrito: He aquí pongo en Sión Piedra de Tropiezo y Roca de caída; y el que creyere en El (Cristo) no será avergonzado" (Romanos 9:33). Además leemos más adelante: "Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la Principal Piedra del Angulo, escogida, preciosa; y el que creyere en El, no será avergonzado. Para vosotros que creéis, El es precioso; pero para los que no creen…ha venido a ser Piedra de Tropiezo y Roca de hacer caer" (1Pedro 2:6-8). En estas Escrituras podemos notar que para el creyente esta Piedra (Cristo) es escogida y preciosa en contraste con el efecto negativo que tiene para los incrédulos. En este caso el pueblo de Israel, el pueblo escogido por Dios, pero que no creyeron que el Señor JesuCristo es el Mesías, el cual ha sido y es su Piedra de Tropiezo hasta el día de hoy, excluyendo desde luego, la gran cantidad de Judíos convertidos a Cristo, y que aman a Yeshuah (Jesús) como su Mesías.


2da PIEDRA de TROPIEZO PARA INCRÉDULOS EN GENERAL
La segunda Piedra de Tropiezo que Dios ha puesto para los incrédulos es el Libro de Eclesiastés en el Antiguo Testamento. Salomón como profeta de Dios, en su vejez llegó a apostatar en idolatría influenciado por el exceso de mujeres paganas que tenía. Las cuales inclinaron su corazón tras dioses ajenos (1Reyes 11:1-9). Léase esos nueve versículos y verá, yo copiaré solamente el (versículo 4) "Y cuando Salomón ya era viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David." Sin duda que fue bajo estas condiciones de apostasía que Dios inspiró a Salomón, como profeta, a escribir el libro de Eclesiastés. Este libro es el favorito de los Ateos y los Testigos Anticristos. Los cuales lo usan para contradecir varias doctrinas importantes, entre ellas la existencia del Infierno, del alma y el espíritu. Además igualan al hombre con la bestia. No se han fijado que Salomón está razonando en su corazón como razona el hombre bajo el Sol. Pero si Dios puso a su amado Hijo Jesús, como Piedra de Tropiezo y Roca de caer para su pueblo Hebreo incrédulo; ¿Por qué no ha de poner también un libro en el Antiguo Testamento para que los Ateos e Incrédulos en general también tropiecen?


3ra PIEDRA de TROPIEZO PARA CREYENTES INCRÉDULOS

Aunque suene paradójico, lo cierto es que el Apóstol Pablo dice que es posible creer en vano (1Cor 15:2). Ciertamente hay creyentes en Cristo que son incrédulos a la Gracia de Dios que es en Cristo. Para éstos Dios ha puesto la tercera Piedra de Tropiezo que es (Santiago 2:14-26) en el Nuevo Testamento. En esta Epístola Dios inspiró a Santiago a escribir una serie de Verdades, pero sin explicar ninguna. Alguien describió estas verdades como un collar de piedras preciosas, pero sin pulir. Obviamente Santiago escribió prematuramente antes que al Apóstol Pablo le fuese revelado el Evangelio de la Gracia de Dios que es en Cristo, La cual Gracia fue Revelada al Apóstol Pablo después que Santiago había escrito su Epístola. Sin embargo no hay contradicción en la Palabra de Dios. Santiago habla de ser Justificado ante los hombres por las Obras, y no solamente por la Fe. Mientras que el Apóstol Pablo habla de ser Salvo por Fe solamente, sin las Obras de la Ley. En este caso Justificación y Salvación no son sinónimos; pues la Justificación puede ser ante Dios, o puede ser ante los hombres. No así la Salvación, pues la Salvación es de Dios exclusivamente. "Porque por Gracia sois Salvos por medio de la Fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). También el Apóstol Pablo después de haber explicado detalladamente lo que es la Justificación por la Fe solamente, en los primeros tres capítulos de Romanos, llega a la siguiente conclusión: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por Fe, sin las Obras de la Ley" (Romanos 3:28). Nótese las frases que Dios siempre añade —no por Obras—sin las Obras de la Ley— repito —no por Obras—sin las Obras de la Ley— Esto quiere decir que el hombre no puede añadir, ni contribuir, ni aportar sus obras para la Salvación de su alma, porque es Regalo de Dios como galardón por la Fe en Cristo. Por lo tanto para poder reconciliar las Escrituras, tenemos que concluir que Santiago se refiere a la justificación ante los hombres, pero no ante Dios. Mientras que Pablo se refiere a la Salvación de Dios en Cristo. Naturalmente los hombres juzgan la Fe que no pueden ver, por las Obras que pueden ver. Pero Dios no necesita la evidencia de Obras para saber si una persona tiene Fe en Cristo.

La Gracia de Dios sin las obras del hombre, no es nada nuevo, la podemos ver como tipo o ejemplo en la Pascua original en Egipto. Para salvar a los primogénitos Dios dijo: "y Veré la Sangre, y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto" (Éxodo 12:13). Dios no dijo que iba a mirar ni a considerar las obras de los primogénitos para salvarlos del Juicio. El comportamiento de cada primogénito no estaba en consideración ante Dios. Solamente tenían que confiar en la Sangre aplicada. Eso es Salvación por Fe solamente. Pues Dios dijo: "y Veré la Sangre". Eso era todo lo que Dios demandaba para salvar. Esto es Gracia otorgada por los Méritos de la sangre derramada del Cordero Pascual. De igual manera lo único que Dios demanda de nosotros para salvarnos es Fe en los Méritos de la Sangre Derramada del Señor JesuCristo. Luego que somos salvos por su Gracia, nos hace Nuevas Criaturas "porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10). Nótese que las Buenas Obras son un fruto de la Salvación; y son preparadas por Dios de antemano para que andemos en ellas, y no son un medio para alcanzar Salvación.

Desgraciadamente hoy día hay una mayoría considerable de creyentes en Cristo que menosprecian y desechan la Gracia de Dios que es en Cristo, convirtiéndose en Creyentes Incrédulos. Por lo tanto Dios les ha puesto a (Santiago 2:14-26) como Piedra de Tropiezo por el pecado de no creer la Gracia de Dios que es por los Méritos de la Sangre derramada de Cristo Jesús. Menospreciar la Gracia de Dios es un pecado insensato. Es más, mexclar las Obras de la Ley con la Gracia de Dios es desvirtuar la Gracia. Léase Romanos 11:6 y Gálatas 2:21, para que vea.

No vaya a creer el lector que nosotros menospreciamos las buenas obras. Las buenas obras que hace el creyente son y serán recompensadas a su debido tiempo. Las mismas son frutos que produce el Espiritu de Dios a través del creyente. Por lo tanto, la persona que hace las buenas obras tiene que haber estado salva de antemano, para que Dios pueda usarlo. No se puede decir que dependió de las Obras para ser salva. Que el Señor te ilumine con la luz de su Verdad."